Howard Phillips Lovecraft - Resumen de La Bestia en la Cueva
El narrador, participó en una excursión junto a un grupo de turistas por unas populares cuevas en la región, las cuales alguna vez fueron hogar de una colonia de tuberculosos, quienes decidieron alejarse del mundo que les dio la espalda para en ese lugar esperar la muerte en paz y soledad.
Durante la excursión, se alejó del grupo para explorar más a fondo las cuevas, ejercicio en el cual se perdió, y con su antorcha a poco de extinguirse, temió a cuando llegara la oscuridad a devorar el lugar, y también a la posibilidad que el guÃa de la expedición no se hubiera percatado de su ausencia. Ante aquel difÃcil momento, producto de sus competencias filosóficas, no desesperó, sin embargo al asumir que su muerte llegarÃa por una lenta inanición, decidió hacer un último intento por sobrevivir comenzando a gritar socorro.
Con sus gritos escuchó a lo lejos pisadas, las cuales lo alarmaron ya que no se escuchaban como si fueran de botas sino como de pies descalzos, y estaba seguro también que el ser que se acercaba lo hacÃa a cuatro patas. Asumió entonces que seguro sus gritos lo atrajeron, y que se estaba acercando con intenciones hostiles, por lo cual su suerte estaba echada, y se aterrorizó más cuando el fuego de su antorcha finalmente se extinguió.
Pensó que podrÃa ser un puma debido a que sonaba cuadrúpedo su andar, pero a momentos sentÃa que la criatura avanzaba a dos patas, asà que sospechó que era un monstruo criptozoológico, quien debÃa haber deformado su morfologÃa por vivir tanto tiempo en aquellas cuevas. Comenzó a pensar entonces en qué serÃa mejor, si morir rápido devorado por aquella bestia o lentamente de inanición, pero luego en un último momento, decidió pelear por sobrevivir cogiendo dos piedras de buen tamaño que encontró en el suelo para ocupar como armas.
Al llegar la bestia a poca distancia, por medio del sentido de la audición, al escuchar el sonido de su respiración calculó el lugar de donde venÃa su verdugo, asà que arrojó en esa dirección con violencia las piedras que la abatieron. Luego salió corriendo, cuando de pronto se detuvo de forma abrupta al escuchar otros pasos, pero esta vez de pies humanos con botas, y además distinguió una antorcha. Y al acercarse a la luz, con alegrÃa vio que se trataba del guÃa de la expedición quien habÃa llegado a buscarlo al percibir su ausencia.
…
Termina este relato, cuando junto al guÃa fueron a examinar qué clase de bestia era la que abatió. Y al llegar, vieron a un homÃnido blanco de grandes dimensiones, casi sin pelo en el cuerpo excepto por su larga cabellera que le caÃa hasta debajo de los hombros, y sus ojos eran completamente oscuros. La bestia al ver a sus verdugos, gritó antes de morir haciéndolo estremecer, ya que entonces entendieron que la criatura era, o al menos, fue alguna vez, un humano, quien perdió su humanidad al vivir quizás cuántos años en aquellas cuevas, pues se trataba del último superviviente de la colonia de tuberculosos.
Resumen de Alberto Salgado.
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