Howard Phillips Lovecraft - Resumen de El Alquimista
Nos encontramos en algún lugar de Francia a fines del siglo XIX. El narrador, de nombre Antoine, ha vivido toda su vida en un castillo en ruinas, el cual desde su construcción siempre ha pertenecido a su familia. Y es huérfano desde su infancia ya que su madre murió en el parto, y a su padre le arrojaron una piedra grande en la cabeza cuando él tenÃa un mes de vida muriendo fulminado, asà que fue criado por un mayordomo de nombre Pierre, quien era el último descendiente de la familia que siempre sirvió a la suya. Y cuando cumplió 22 años, Pierre le enseñó un documento escrito por uno de sus antepasados del siglo XIII, el cual se habÃa ido traspasando de generación en generación en su familia.
El documento narraba la historia de Michel y Charles, quienes eran padre e hijo, y se dedicaban al estudio de la alquimia buscando la Piedra Filosofal y el elixir de la vida eterna. Pero la gente de los alrededores los miraba con desconfianza, y cada vez que alguien desaparecÃa en el descampado, en la taberna local se rumoreaban historias macabras sobre un par de brujos que sacrificaban personas al demonio.
Un dÃa desapareció un joven de nombre Godfrey, quien era el hijo del conde Henri, señor de aquellas tierras y antepasado directo del narrador. Y sucedió que el conde se dejó llevar por los rumores, asà que fue donde los alquimistas a brindar castigo y cobrar venganza, estrangulando a Michel quien estaba solo, momento cuando llegaron unos criados a avisarle que habÃan encontrado a su hijo, pues resulta que el joven Godfrey habÃa salido a explorar y se perdió entre los laberintos del castillo. Y mientras el conde se arrepentÃa por haber ajusticiado a un hombre inocente, llegó Charles, a quien apodaban Le Sorcier. Y al ver lo que pasó con su padre, Charles miró fijamente al conde. Y sentenció una maldición: “Que nunca un descendiente de tu estirpe viva para alcanzar mayor edad de la que ahora tienes”. Luego le arrojó un lÃquido incoloro de una botella que llevaba en su túnica, causando aquel lÃquido de fórmula alquÃmica desconocida que el conde Henri muriera al dÃa siguiente con 32 años de edad. Y Charles Le Sorcier se dio a la fuga, no volviendo a ser visto jamás.
A partir de entonces comenzó la maldición con la muerte de Godfrey años después cuando tenÃa 32 años, continuando de ese modo durante seis siglos, matando dicha maldición a todos los desentiendes del conde Henri cuando cumplÃan aquella edad, y la última vÃctima de la maldición habÃa sido el padre del narrador, muerto por un piedrazo en la cabeza.
El narrador por su parte tras leer el manuscrito, comprendió que a partir de ese entonces le quedaban diez años de vida entes que la maldición lo alcanzara a él también, quien era el último descendiente vivo del conde Henri, por lo cual comenzó a vivir atormentado, y se entregó al estudio de la magia negra y los conocimientos arcanos para buscar un modo de liberarse de la maldición, pero en sus estudios no encontró las respuestas que buscaba. De ese modo fueron pasando los años, bajo la decisión de quedarse soltero para no heredar la maldición y que esta terminara junto con él. Y debido a esa decisión, quedó sólo en el castillo al morir Pierre cuando él tenÃa 30 años de edad, y asà siguió pasando el tiempo hasta que finalmente llegó el momento en que tenÃa 31 años y estaba a una semana de cumplir los 32. Durante esos dÃas explorando el castillo por estancias que nunca solÃa recorrer, llamó su atención que una pared interrumpiera de modo abrupto un pasillo, y examinando el lugar encontró una trampilla por la cual se dispuso a pasar, y al hacerlo, vio que del otro lado habÃa una escalera de piedra descendiente que se perdÃa en la oscuridad, ante la cual encendió una antorcha y comenzó a bajar para explorar.
Al final de la escalera se topó con una puerta de roble que no pudo abrir ya que al parecer la cerradura estaba en el interior, y al considerar inútil cualquier intento por abrirla, se dispuso a volver dando media vuelta cuando de pronto la puerta se abrió crujiendo detrás. Y al darse vuelta para ver quién la abrió, vio la figura humana de un hombre que llevaba una túnica oscura, quien tenÃa el cabello largo de color negro, su barba era frondosa, su piel pálida, su figura casi esquelética, sus ojos cavernosos, y la expresión en su rostro era de odio, y hablaba en latÃn.
El narrador se pudo comunicar con ese misterioso hombre, ya que en sus estudios sobre artes ocultas habÃa aprendido latÃn. El extraño le dijo que Charles Le Sorcier a los años de escapar volvió a escondidas matando al hijo del conde, y luego confesó que él en persona le arrojó la piedra a su padre, y que ahora era su turno de morir abalanzándose sobre el narrador. En ese momento por un instinto de supervivencia le arrojó la entorcha que portaba, la cual hizo a aquel hombre arder debido a que el fuego encendió su túnica quemándolo vivo. Y de ese modo entendió que en realidad no existÃa ninguna maldición, sino que la suerte de todos sus antepasados habÃa terminado en manos de asesinos de carne y hueso, y al otear en la estancia del otro lado de la puerta de robre, se sorprendió al ver que era un laboratorio alquÃmico lleno de oro.
Y termina este relato con las últimas palabras de aquel hombre, que en agonÃa le confesó que él era Charles Le Sorcier, quien habÃa continuado con los experimentos interrumpidos por el asesinato de su padre terminándolos con el descubrimiento del elixir de la vida eterna. Asà que fue él en persona quien estuvo asesinando a los desentiendes del conde Henri durante seiscientos años, por lo cual ahora con su muerte, la maldición terminó, lo que quiere decir, que el narrador habÃa quedado libre finalmente de ella.
Resumen de Alberto Salgado.
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