Robert Howard - Resumen de La Piedra Negra - Parte II

Robert Howard - Resumen de La Piedra Negra

Parte II


Llegó en tren a Temesvar, y desde ahí viajó en coche durante tres días hasta Stregoicavar, pueblo que estaba ubicado en un valle rodeado entre montañas. Durante el viaje con el conductor del automóvil fueron comentando acontecimientos históricos de la región, específicamente sobre la campaña de invasión que Solimán el Magnífico llevó a cabo en la región en 1526, y la heroica defensa de la cristiandad dirigida por el conde Boris Vladinoff.

Al llegar a Stregoicavar, le pareció haber cruzado un portal temporal hacia otra época, ya que el pueblo desde un punto de vista arquitectónico y sus habitantes desde un punto de vista cultural, no parecían ser del siglo XX.

Se dirigió a la taberna donde alquiló una habitación, y una vez dejado su equipaje en el cuarto alquilado, su primera acción fue bajar a pedir una pinta de cerveza para recopilar información con el tabernero. Y le dijo el tabernero que sus cuartos siempre están vacíos ya que a Stregoicavar no llegaban forasteros, y que la última visita que pasó por el pueblo lo hizo hace diez años, quien era un poeta bastante extraño en su opinión. Ante lo cual le dijo el narrador que el poeta se llamaba Justin Geoffrey, quien se volvió loco tras su viaje a Hungría y que falleció hace cinco años gritando de horror en un manicomio… “Seguro se perturbó por observar demasiado La Piedra Negra”. Dijo el tabernero. Agregando que no le agradaba ese lugar, y que ojalá desapareciera, pero que quien osara levantar un pico o un martillo contra ese montículo le espera una muerte espantosa ya que estaba maldita, por ejemplo una vez cuando él era niño un forastero que no creía en las leyendas sobre La Piedra Negra, subió a ese lugar con audaces intenciones una noche de 24 de junio, y al amanecer del 25 apareció en el pueblo enajenado como si estuviera borracho, y mudo, pues algo al parecer le destrozó el cerebro aquella noche, y a los pocos días murió con convulsiones en medio de una crisis. Y otra historia que le contó fue sobre su propio sobrino, quien cuando pequeño un día se perdió en las montañas y durmió en un bosque cercano a La Piedra Negra, y desde el día siguiente cuando regresó a casa, nunca volvió a ser el mismo, y ahora, ya adulto, vive atormentado por sueños enloquecedores y despierta gritando en medio de sudores fríos.

Luego, después de escuchar el tabernero las intenciones de su viaje a Stregoicavar, le aconsejó que no fuera a La Piedra Negra o algo lamentable le podría suceder. Y agregó, que la historia registrada de la región se remonta hace cuatrocientos años, y que esa piedra debe estar ahí desde más del doble de tiempo que se tienen registros, así que nadie sabe quién la esculpió ni con qué fin. Y que ha sobrevivido al tiempo indemne, ya que fue testigo incluso de cuando los demonios de Solimán invadieron la región.

¿Cuatrocientos años?, ¿Por qué tan poco tiempo?… Resulta que los habitantes de Streigoicavar y sus alrededores no son autóctonos de la región, sino descendientes de los migrantes quienes llegaron a poblar la región después de cuando los demonios turcos volvieron a las fosas infernales de donde provenían, ¿Y por qué?, porque en 1526, los locales, los verdaderos autóctonos, fueron pasados a cuchillo por los turcos en la invasión incluyendo mujeres, niños, y ancianos. O sea, fue un genocidio completo donde se exterminó a todos los nativos, por lo cual luego cuando los turcos se retiraron la región quedó deshabitada, y en ese momento fue cuando comenzaron a llegar los migrantes que fundaron Stregoicavar y los pueblos vecinos. Y esa es la razón, por la cual la región sólo tiene cuatrocientos años de historia, ya que la tradición y el folclore local anterior a esa cantidad de tiempo se perdió en el olvido con la genocida invasión turca.


Tras aquella conversación, al contrario de las pretensiones del tabernero con sus advertencias, que eran intimidar al narrador para que desistiera de ir a La Piedra Negra, consiguió el efecto contrario que fue despertar en él más curiosidad por ir ahí. Y se decidió a hacerlo, a la mañana siguiente…



Resumen de Alberto Salgado.

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