Resumen de La Caja Oblonga II de Edgar Allan Poe

La Caja Oblonga

Parte II

Edgar Allan Poe


Obsesionado por resolver el acertijo, el narrador se comprometió en la tarea de espiar a los Wyatt para comprender qué les pasaba. Y es que había dos anomalías: (1) Los Wyatt que conocía eran personas alegres, en cambio su amigo y sus hermanas se lo pasaban encerrados en sus camarotes, y cuando se los topaba sus rostros expresaban demasiada melancolía. (2) La esposa de su amigo por el contrario daba vueltas de un lado a otro, comía con la boca abierta, aplaudía cuando reía a carcajadas, y se enfrascaba en conversaciones impropias de una señora en su nivel con cualquiera. Ante lo cual supuso, que la melancolía de su amigo se debía al arrepentimiento por haberse casado con alguien como ella. Y de hecho, una tarde lo emboscó en la cubierta, y sin rodeos le consultó sobre aquello, y también sobre la caja oblonga para que le confesara qué obras trasportaba ahí, pero el señor Wyatt, sin responder, estalló en una crisis y cayó desmallado, haciéndolo suponer aquel incidente que su amigo además se estaba comenzando a volver loco.


Pero no dejándolo satisfecho sus suposiciones, continuó espiando a los Wyatt para conocer bien su secreto, y así lo hizo dos noches, no consecutivas, en las cuales se lo pasó en vela en el pasillo frente a sus camarotes, donde vio que se habían organizado del siguiente modo para descansar…


Camarote 1: Las dos hermanas.
Camarote 2: La esposa de su amigo.
Camarote 3: Su amigo con la caja oblonga.


Supuso que debido al detalle de la personalidad de la señora, el matrimonio se estaba divorciando, y que esa era la razón del camarote extra, para no dormir juntos, sin embargo lejos de despejar esto sus dudas, cayó sumido en nuevas, ya que las dos noches escuchó cosas extrañas. Por ejemplo cuando Cornelius Wyatt se encerraba en el camarote, escuchaba desde dentro golpes como de una palanca, luego que se abría la tapa de la caja, y luego se escuchaban sollozos, suspiros intensos, y gemidos… gemidos como de excitación. Ente lo cual, imaginó que esos gemidos se debían a la pasión de su amigo por el arte, y la excitación de contemplar las magníficas obras que transportaba dentro de la caja.


El séptimo día comenzó el mal tiempo, vientos fuertes que en algunas horas se convirtieron en tormenta. Ante lo cual, el Independence se comenzó a averiar por el furioso castigo de la tormenta, y tres marinos cayeron al agua en el esfuerzo por reparar los desperfectos, pero ningún esfuerzo ni sacrificio fue suficiente, ya que cuando la tormenta se convirtió en huracán el Independence comenzó a hundirse. Y al amainar el huracán, los tripulantes y pasajeros se subieron a los botes para remar hasta la costa, y los Wyatt coincidieron en el mismo del capitán Hardy y el narrador. Y sucedió que cuando comenzaron a remar, Cornelius le suplicó al capitán que aceptara subir su caja a bordo, pero el capitán se negó por el peligro de hundir el bote con el peso de aquella caja, ante lo cual el señor Wyatt se lanzó al agua y nadó de regreso al barco.


Y la última imagen que el narrador vio de su amigo, fue subiendo la caja oblonga a cubierta. Vio que con una cuerda la amarró, y con el otro extremo se amarró a sí mismo, luego se arrojó al agua junto a la caja, pero esta no flotó, y el señor Wyatt con la caja oblonga se hundieron al instante sumergiéndose hacia el reino de Poseidón.



Un mes después del hundimiento del Independence, en Nueva York, se topó un día con el capitán Hardy, a quien tras saludarlo le consultó su opinión sobre el descenso a la locura y muerte del señor Cornelius Wyatt. Y el capitán, lo sorprendió en aquel momento contándole la verdad…


- La señora Wyatt enfermó el 15 de junio, y por eso el Independence no zarpó aquel día.
- Tras la muerte de la señora Wyatt el Independence zarpó.
- La mujer vulgar era una criada de la familia, quien por orden de sus patrones se hizo pasar por la señora Wyatt para no despertar sospechas, debido a que en la lista de pasajeros estaba apuntada la esposa de Cornelius.
- La caja oblonga transportaba en su interior el cadáver de la verdadera señora Wyatt.
- Y esta no flotó, debido a que estaba llena de sal.


EXPLICACIÓN


* La sal opera como aislante y conservador… aísla el hedor de la muerte y prolonga la conservación de los cadáveres de su descomposición.
* Los gemidos del señor Wyatt durante las noches, se debían a que practicaba alguna especie de perversión con el cadáver de su difunta esposa.
* Y el engaño se debió a la superstición, ya que los hombres de la mar, saben que no le agrada a los dioses que los mortales naveguen con un cadáver a bordo, por lo cual de haberse conocido el contenido de aquella caja oblonga, nadie hubiese querido abordar el barco. Y al final… quién sabe, tal vez el engaño del señor Wyatt y el silencio del capitán Hardy, causaron el enfado de Neptuno quien castigó al Independence hasta hundirlo.




Resumen de Alberto Salgado.

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