Resumen de El Vampiro Estelar de Robert Bloch - Parte II

Resumen de El Vampiro Estelar

Parte II

Robert Bloch


Al llegar a Providence, al fin conoció a su mentor en persona. Su casa era antigua, y en la planta alta estaba el estudio, que era una habitación amplia con un ventanal grande y estanterías repletas de libros en las paredes. La ventana estaba abierta, y se sentaron a la luz de las velas a charlar, mostrándose ansioso el anfitrión al principio por comenzar a estudiar el grimorio, pero luego cuando el narrador le informó la historia que había detrás del libro, o sea, lo referente a su autor y lo que se decía acerca de su contenido, se negó a traducirlo porque era muy peligroso hacerlo, pues no se trataba de un libro de conocimiento sino de uno de rituales de invocación, y el riesgo de leer sus versos es abrir portales hacia El Otro Lado. Y es que, ¿Cómo cerrar un portal después?, ¿Y qué hacer si algo maligno cruza el portal?… Pero tras insistir, consiguió convencerlo de al menos darle una ojeada. El libro estaba bastante maltratado, tenía sus bordes carcomidos seguro por ratas, y sus páginas amarillentas sin ilustraciones ni grabados sólo contenían esas misteriosas palabras en latín.


Tomó el anfitrión el libro entonces, se fue a sentar cerca de la ventana, y comenzó ignorando su presencia a leer en voz alta. La lectura en latín sonaba como cánticos ceremoniales, aunque a veces traducía en inglés, dándose cuenta de ese modo el narrador que el contenido del grimorio trataba sobre hechizos, y referencias a dioses terribles como Yig, Han el Oscuro, y Byatis. Pero de repente el anfitrión dejó de leer. Y lo miró fijamente preguntando: “Este es un libro para invocar seres de otros mundos, ¿Verdad?” Y ante su respuesta afirmativa. Le dijo: “Encontré un pasaje sobre aquello”. Y cuando comenzó a leer, el ambiente en la habitación cambió tornándose frío, y sintió el narrador como si se estuvieran abriendo puertas a otras dimensiones, y desde la ventana comenzó a ingresar un viento que no era viento sino algo distinto, algo de otro mundo, hasta, que llegó la desgracia…


Se escuchó una risa perversa desde la ventana, momento en que el anfitrión soltó el libro, y comenzó a gritar desesperado deformando su rostro de dolor como si lo estuvieran torturando. Luego se escuchó una nueva risa, ahora desde dentro de la habitación, y el anfitrión comenzó a revolcarse en el suelo gritando, y luego su cuerpo levitó, hasta que al final sus huesos se comenzaron a quebrar y su cuerpo a sangrar de múltiples laceraciones. En ese momento entendió que el anfitrión no estaba levitando, sino que un ser invisible lo tenía sostenido aplicándole las laceraciones… ¿Y cómo supo eso?... Lo supo, ya que la sangre del anfitrión no caía al suelo, sino que algo se estaba alimentando de esta como si fuera un vampiro invisible. Y cuando el cuerpo del anfitrión fue desangrado por completo, el ser dejó caer el cadáver al suelo, momento en que lo vio ya que se hizo visible en la ventana, aunque no, en realidad no se hizo visible, sino que fue el reflejo de la noche en las manchas de sangre que cubrían su cuerpo lo que vio, o sea, su silueta. Era un ser informe y pesadillesco como una especie de bulto hinchado sin cabeza ni rostro, ni ojos, dotado de garras y múltiples bocas que se abrían y cerraban de forma horrible, un ser que vino desde las estrellas, un vampiro de otra dimensión.


Momento en que con una especie de tentáculo, el monstruo agarró el grimorio y se retiró del lugar, o desapareció… ¿Y qué quiere decir eso?… El ser entró a este mundo por medio de ese grimorio, y el único modo de controlarlo, atraparlo, o hacerlo desaparecer, era por medio de otro conjuro escrito en ese mismo libro, por lo cual al momento de llevarse el grimorio, esa criatura aseguró su estadía en este mundo junto a su libertad de acción.



Permaneció un largo lapso de tiempo sentado en silencio, contemplando el cadáver mutilado y desangrado de su amigo, antes de tomar la decisión de prenderle fuego a la casa y huir. Nadie lo vio entrar ni salir, y por el incendio, los vecinos de Providence, creyeron que esa noche sólo ocurrió un lamentable accidente donde el dueño de casa murió producto de las llamas, por lo cual sólo él conoce lo que en realidad sucedió en esa casa aquella horrida noche. Y luego de algunas horas caminando sin rumbo por las calles de Providence sumido en una profunda crisis, se encaminó a la estación para tomar el tren de regreso a su hogar.


Ahora en la actualidad, el narrador vive con graves problemas para dormir debido a sus pesadillas, y consume drogas para evitar recordar, ya que asume que volverá a ver ese vampiro estelar dentro de poco, quien lo vendrá a buscar para llevarlo a donde hoy se encuentra su amigo, que es ese lugar donde moran los misterios del gusano.




Resumen de Alberto Salgado.

Publicar un comentario

Post a Comment (0)

Artículo Anterior Artículo Siguiente