Resumen de El Extraño
Howard Phillips Lovecraft
El narrador está sumido en una profunda crisis existencial, debido a que no conoce su nombre, aunque sospecha que nunca ha tenido uno. Vive, o vivía, en un lúgubre castillo de pasillos oscuros y paredes húmedas con telarañas en los rincones, en el cual se iluminaba sólo con velas, pero debido a la arquitectura de los pasillos y salones estos nunca se iluminaban por completo, por lo cual más que un castillo su morada parecía una mazmorra. No sabe dónde nació, aunque sospecha que fue en ese mismo castillo, pues sus recuerdos no se remontan a tiempos anteriores de estar ahí. También sospecha que alguna vez vivió junto a alguien, ya que alguien debe haberlo cuidado cuando era un bebe, y además sabe leer, por lo cual alguien tiene que haberle enseñado a hacerlo, y como es lógico, alguien tiene que haber sido su madre y alguien su padre, y al respecto haciendo un esfuerzo, a veces el recuerdo difuso de una silueta llega a su mente, de quien tal vez lo cuidó cuando él no podía valerse por sí mismo.
Por otro lado, el castillo estaba rodeado de árboles inmensos que se alzaban por sobre las torres, así que caminar fuera era igual de oscuro ya que los árboles no permitían el ingreso de la luz del Sol ni de la Luna. Y de hecho, él nunca había visto el Sol ni la Luna, y sólo los conocía porque había leído sobre ellos y los había visto en ilustraciones. Respecto a sus libros, pese a saber leer, no sabía hablar, o sea que conocía el significado de las palabras escritas pero no sus sonidos, ya que como vivía solo no tenía con quien hablar. Y en sus libros había leído sobre espejos, pero tampoco los conocía ya que en el castillo no había ninguno, por lo cual conocía la figura humana sólo por ilustraciones en sus libros, pese a que sí conocía bien los huesos, pues en el castillo había restos óseos esparcidos.
Había una torre que se alzaba por sobre los árboles, pero la escalera interior estaba semi derrumbada, lo que quiere decir que sólo se podía subir trepando por las paredes, lo cual sería una empresa peligrosa, pero se decidió a llevarla a cabo un día ya que no soportaba seguir viviendo en soledad. Y es que él, quería conocer personas, o en último caso estar sólo un momento sobre los árboles para conocer el Sol o la Luna antes de morir, así que un día lo intentó. Usando sus cuatro extremidades comenzó a escalar, tanteando con la punta de sus dedos en medio de una hermética oscuridad en busca de grietas y hendiduras donde aferrarse, hasta que tanteó un techo, y al encontrar una trampilla con su cabeza la levantó, subiendo de ese modo a una sala también a oscuras, en la cual comprobó con sus manos que funcionaba como bodega de cajas oblongas. Y al encontrar una puerta salió al exterior, y con emoción conoció la Luna, pues había alcanzado una altura por sobre el nivel de los árboles.
Al contener su emoción por lo que estaba viendo, comenzó a subir por una escalinata de piedra, y al pasar al otro lado de una verja se dio cuenta que estaba en una planicie, y se percató al mirar atrás que su castillo estaba en una profunda quebrada, pero que desde donde estaba sólo se veía un tupido y frondoso bosquecillo oscuro.
Ya había conocido la Luna, pero en ese momento sintió deseos de conocer personas, por lo cual comenzó a caminar. Lo hizo durante cerca de dos horas por praderas sin senderos, hasta que llegó a un río que cruzó nadando ya que no había puente, y una vez del otro lado divisó una luz en la distancia así que hacia esa dirección se dirigió.
Al llegar se encontró con un castillo, pero uno distinto al suyo ya que este estaba bañando por el hechizo de plata de la Luna, y por las ventanas se veían luces poderosas y no como las de sus pequeñas y débiles velas. Al acercarse, escuchó unos ruidos extraños y desconocidos para él, que supuso se trataba de música y risas, y al acercarse más asumió que estaba escuchando palabras humanas, así que saltó por una ventana hacia el interior con la intención de hacer amigos. Pero al entrar, la música se detuvo de modo abrupto, las palabras se transformaron en gritos, las risas en llantos, y los bailes en un correr atropellado. Toda la gente se sumió en un horror que incluso lo llegó a asustar a él, y una vez que quedó solo ya que todas las personas huyeron en desbandada, se dispuso a explorar el lugar intentando imaginar qué cosa había asustado a la gente, suponiendo que tal vez algo demoníaco había ingresado al castillo al mismo tiempo que él, o tal vez un monstruo…
Al llegar a una habitación se estremeció, ya que sintió que no estaba solo, como si una presencia estuviera allí. Al superar el temor miró en su dirección, y vio que efectivamente había un monstruo en la habitación, mirándolo. El monstruo no era de este mundo, y más que una deformación, era una depravación de todo lo que se entiende por humano. Quedó paralizado de miedo al contemplar a ese horrido ser demoníaco que tenía frente suyo, ser monstruoso que había aterrorizado a toda la gente de la fiesta y que ahora lo estaba acechando a él, cuando en ese momento por sus temores se tropezó hacia adelante, y al levantar su cabeza vio que el monstruo venía a por él, por lo cual extendió sus brazos intentando detener su ataque, y al frenar con sus manos las manos del monstruo… conoció al fin lo que era un espejo.

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