El Signo Amarillo
Parte I
Robert Chambers
El narrador es un pintor, y la primera escena de esta obra transcurre durante una sesión de trabajo, cuando él, el señor Scott, estaba retratando desnuda a una modelo llamada Tessie Readen. Su estudio era un departamento de edificio ubicado al lado de una iglesia, y en aquel departamento habÃa una ventana, una que daba directo al patio y entrada de la iglesia.
Ese dÃa hacÃa calor, asà que abrió la ventana y se asomó para tomar un poco de aire, y al hacerlo vio a un hombre extraño entrando en la iglesia, quien le llamó su atención verlo, aunque no demasiado, asà que cerró la ventana y siguió trabajando en su obra.
Un tiempo después volvió a sentirse sofocado, por lo cual se asomó de nuevo por la ventana, y sorprendido, se percató que el hombre extraño ahora estaba en el patio parado como una estatua frente a él, y de repente se movió, aunque sólo su cabeza que levantó en su dirección cruzándose de ese modo sus miradas. El rostro del hombre extraño le repugnó, se imaginó a un gusano o una larva al verla, asà que con desagrado se escondió y volvió a trabajar, pero de mala gana. Tessie le preguntó entonces qué le pasó, y él le respondió mientras retomaba el pincel que habÃa visto en el patio de la iglesia a una persona desagradable…
Al rato se percató que en el retrato, la piel a la altura de un brazo se comenzó a tornar amarillenta y enfermiza. Y no entendÃa cómo, él, un pintor experimentado, podÃa haber arruinado la obra de ese modo, asà que le dijo a Tessie que descansara y se puso a aplicar aguarrás para corregir la imperfección, mientras ella encendió un cigarrillo y comenzó a ojear una revista.
Y mientras aplicaba el aguarrás, vio que el amarillo enfermizo en vez de borrarse se expandÃa desde el brazo a todo el cuerpo como gangrena. Se alarmó al ver eso, y pensando que tal vez el atardecer habÃa enturbiado su vista, llamó a Tessie para comprobar si ella también podÃa ver en la tela lo mismo que él. Y para su espanto, sÃ, ella confirmó ver ese color amarillento extendiéndose por el cuerpo de la pintura. Llevaba semanas trabajando en esa obra, asà que decidido a salvarla comenzó a raspar, pero en su empeño rajó la tela mandando al traste por ese descuido su trabajo de tres semanas.
Mientras Tessie se vestÃa para irse, le dijo que todo comenzó a salir mal desde que vio al hombre extraño en la iglesia, asà que curiosos se asomaron por la ventana, y vieron que ese sujeto aún estaba parado en el patio. Se escondieron al cruzar miradas, y Tessie asustada le dijo en ese momento que le recordó todo lo sucedido a un sueño que tuvo, asà que se lo comenzó a relatar, y él se dispuso a escucharla atento mientras fumaba… Y el sueño de Tessie, fue que un dÃa posó para él, y después de la sesión al volver a su casa se quedó dormida y despertó pasado la media noche. Se asomó en ese momento por la ventana para ver qué habÃa, y vio que la calle estaba vacÃa, llegando a asustándose de lo oscuro que se veÃa todo, cuando de repente escuchó un carruaje que al acercarse se percató trataba de una carrosa fúnebre. Y terminaba el sueño cuando el conductor detenÃa la carrosa frente a su casa y comenzaba a mirarla con un rostro inquietante.
Al término de su relato, le dijo que ese sueño se habÃa repetido en tres ocasiones, y que la última fue la noche anterior. En ese momento tomó sus cosas, y mientras caminaba hacia la puerta, antes de despedirse, le dijo dos cosas más al narrador que lo dejaron intranquilo y sumido en oscuras reflexiones…
- Le dijo que el conductor del carruaje se parecÃa al hombre extraño que estaba parado en el patio de la iglesia, y que no sabrÃa cómo explicarlo, pero ese conductor parecÃa ser un muerto quien habÃa fallecido hace tiempo.
- Y también que el carruaje llevaba un ataúd, y que sin ver su interior, ella sabÃa que el finado transportado dentro era él, el señor Scott.
Resumen de Alberto Salgado.
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