Resumen de La Maldición que Cayó Dobre Sarnath
Howard Phillips Lovecraft
Este relato narra la historia de Mnar, que es una tierra a orillas de un lago que debe ser muy profundo ya que no es alimentado por ningún río. Esta historia comienza en tiempos inmemoriales, en los cuales los primeros humanos aún no caminaban por la Tierra, cuando desde los cielos descendieron sobre nubes una civilización de seres humanoides de aspecto repugnante. Tenían la piel verde, ojos profundos y oscuros, orejas de morfología no humana, y se comunicaban entre ellos por telepatía. Esos seres se asentaron en la tierra de Mnar, y construyeron una ciudad en piedra de características ciclópeas a orillas del lago la cual fue conocida con el nombre de Id. Milenios después con el nacimiento de la humanidad, llegó a Mnar una civilización de humanos de piel negra, quienes construyeron tres ciudades en el interior que fueron bautizadas como Thraa, Ilarnek, y Kadatheron. Pero con el pasar del tiempo, unos pioneros se acercaron al lago construyendo una cuarta ciudad que bautizaron con el nombre de Sarnath, la cual se asentó cerca de Id.
Los primeros contactos entre los humanos de Sarnath y los seres repugnantes de Id, no fueron buenos, debido a que los humanos los miraban con desconfianza y les temían, ya que veían como en Id tenían estatuas de ídolos con aspecto demoníaco los cuales eran adorados a la luz de la Luna con danzas terroríficas. Pero con el pasar de los años, los humanos que eran guerreros y constantemente tenían guerras entre ellos, comenzaron a dejar de temerle a los seres repugnantes, y cuando se dieron cuenta que estos no usaban armas y no conocían la guerra, se decidieron a atacarlos.
El ataque fue implacable, pues más que una batalla se trató de una masacre que llevó a la muerte de todos los seres repugnantes, ninguno se salvó. Y al terminar la matanza, los humanos destruyeron los ídolos y arrojaron los pedazos de piedra junto a los cadáveres al lago. Destruyeron toda la ciudad, pero no se atrevieron a tocar al ídolo mayor, que era un ser con aspecto de saurio marino llamado Bokrug. Toda la arquitectura en Id era sorprendente a ojos humanos, pero esa estatua lo era aún más, así que como símbolo de victoria y hegemonía decidieron trasladarla a Sarnath donde la instalaron en el templo principal, tal cual como los troyanos hicieron con el caballo de los griegos.
Esa noche hubo luces extrañas en Sarnath, y al amanecer con horror vieron que la gigantesca estatua de Bokrug había desaparecido, y que el sacerdote jefe había fallecido en el templo de una muerte inexplicable con un rostro de horror espantoso, y en la base donde pusieron a Bokrug había un símbolo que quería decir, que una maldición caería sobre Sarnath por haber saqueado y destruido Id, y sobre todo por haber profanado el santuario de Bokrug, la cual seguro fue plasmada por el sacerdote en agonía.
Pasaron los años, y lo concerniente a la maldición fue olvidado convirtiéndose en leyenda, y Sarnath se convirtió en un esplendoroso imperio, pues sus murallas eran gigantescas y su interior era la gloria máxima de la humanidad, y una vez al año se realizaba un magno evento que conmemoraba la destrucción de Id. De ese modo pasaron siglos, durante los cuales en la base del altar donde alguna vez estuvo la estatua de Bokrug todavía tenía la marca. Hasta que un día de aniversario en el cual llegaron personas desde todo el imperio a congregarse, teniendo miles que alojarse en carpas fuera de las murallas porque dentro no cabía más gente, ocurrió la desgracia.
Aquella noche, mientras todos celebraban en Sarnath, algunos vieron como nubes y sombras comenzaron a descender formando una espesa niebla que cubrió el lago. Poco después la gente que acampaba a las afueras escuchó gritos y llantos desde el interior, y luego se abrieron las puertas por donde cientos de personas escaparon atropellándose. Iban ensangrentados, y sus rostros expresaban un horror descontrolado, y gritaban que habían aparecido unos seres repugnantes quienes portaban armas con forma de arpas, desde las cuales arrojaban fuegos desconocidos que mataban a muchos a la vez y destruían todo a su paso. Los que lograron escapar, difundieron lo que vieron y escucharon entre los reinos, y por temor, nadie volvió a acercarse al lago ni a Sarnath…
Con el pasar de los años llegaron otros hombres a Mnar, y estos, conocedores de la leyenda sobre la maldición, con cautela se acercaron al lago donde encontraron la estatua de Bokrug, y con respeto construyeron un templo en el cual la pusieron y comenzaron a adorarla, ya que ellos entendieron lo que los habitantes de Sarnath no pudieron entender, y es que Bokrug es poderoso y severo, y quien ose profanar su culto, será fulminado por la misma maldición que cayó sobre Sarnath.
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